Hubo un tiempo que esto iba de otra cosa, donde para andar erguido y con la frente en alto por la profesion uno no tenia que tener solamente conocimiento de táctica, estrategia o metodologías de entrenamiento, sino que para eso era condición fundamental tener valores. Esos valores estaban basados en la palabra y la forma de manejarse que incluía el respeto por las desiciones y tambien por las personas que uno tenia a cargo. Eran épocas donde accionar de una manera poco ética o diciendo una cosa y haciendo otra el entrenador sentía vergüenza. Claro eran otras épocas tambien sociales donde no existía ese canibalismo que existe hoy. El diablo ha metido la cola o mejor dicho se la dejaron meter. "En todo tiempo han merecido el nombre de maestros los que supieron encender en los jóvenes el amor a la verdad y el deseo de investigarla por los caminos de la ciencia, pero fueron maestros entre los maestros los que trataron de ennoblecer ese amor y ese deseo sugiriendo ideales adecuados a su medio y a su tiempo, para que la imaginación superase siempre a la realidad, remontándose hacia las cumbres inalcanzables de la perfección infinita" De que sirve ganar partidos y vestirse de saco si el mismo tiene los bolsillos vacíos de valores. En todo momento, escribía Víctor Frankl, el hombre debe decidir, para bien o para mal, cual será el monumento de su existencia y que existencia puede tener un conductor que transita la profesion de rodillas ante el (amo) que lo contrato. Porque parece ser que ahora el que paga siempre tiene la razón y con esa estúpida afirmación vemos a vendedores de edificios, dueños de concesionarias, sindicalistas, políticos y demás aparecidos en el mundo del fútbol hablar como si tuvieran el conocimiento de Johan Cruyff, Arrigo Sacchi o Cesar Luis Menotti. Pero repito la culpa no es del chancho, la culpa es de la ambición por estar en un lugar y con tal de estar en ese lugar aceptar todo, porque no vaya a ser cosa que se enoje el que paga. Soy de una época donde el entrenador renunciaba no cuando perdía varias veces sino cuando no se cumplían las cosas que le daban al jugador dignidad en el trabajo, soy de una época donde a los dirigentes no se les permitía entrar al vestuario, lugar sagrado del jugador, soy de una época donde lo que decia el entrenador era palabra santa para todos hasta para los que pagaban, soy de una época donde los entrenadores no se paseaban haciendo lobby por las plateas de los partidos y los programas de televisión. Bueno eso hoy cambio, los revolucionarios murieron, solo quedan algunos con la espalda grande y algún que otro veterano de mil batallas a los que todavia se los respeta. Cuando uno afirma que lo antiguo era mejor que lo presente lejos esta de pensar que lo de hoy es mejor que lo que vendrá ya que guardo en el interior una pizca de esperanza y ese optimismo que no se deja vencer. Siempre sostengo que hemos dado los entrenadores de fútbol un montón de pasos hacia adelante en lo que ha preparación se refiere, se ha evolucionado en muchísimos aspectos que tienen que ver con el entrenamiento, las formas de planificar la competencia y el armado de los cuerpos técnicos pero cuando la competencia es fuerte la lealtad es débil y ahí radica el punto en donde se ha retrocedido. Pero claro tambien existe el problema de que se han naturalizado ya a esta altura un montón de acciones que son éticamente deplorables. Estar lo importante es ESTAR y no SER para las nuevas generaciones asi como de un gran hermano te hacen creer que salís hecho un gran actor o un gran conductor, han hecho creer que cuando llegas a dirigir un equipo salís hecho un gran entrenador, aunque despues te consuma la efimeridad del logro y no dirijas nunca mas. Esto no es un ataque, por supuesto que no, por el contrario es un baño de realidad. Tal vez como hoy el entrenador de futbol se ha convertido en un objeto descartable muchos crean que somos descartables y cuando vos asentís con la cabeza por fuera tambien lo haces por dentro. Yo pregunto ¿No es hora de que volvamos a tener el verdadero valor que tenemos? o vamos a dejar que sigan usurpando nuestras desiciones personas que no se han preparado ni estan capacitadas para hacerlo. Solo merecen el nombre de idealistas los hombres que anhelan algún futuro mejor contra un actual imperfecto. Todas las sociedades vive en un continuo devenir para perfeccionar su adaptación a un medio que incesantemente varia, pero nunca esa variación del medio debe torcernos la ética y los ideales por el contrario eso es lo que nos va a ayudar a que una variación del medio hacia lo nocivo no nos pueda corromper. Y para finalizar hemos llegado a un limite peligroso que es el de como estas cosas son las que me pagan las acepto y de esa forma se publicitan cosas de las que la letra chica creemos nos mantiene a salvo, si claro que si, te mantiene a salvo de lo legal pero no de lo moral. En fin a unos les paga la latita entonces todo vale y a vos quien te paga?
Diego H. Fernández
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