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diegofer70

La metamorfosis: De tener identidad a ser idénticos.


“Si se ríen de ti porque eres diferente, ríete de ellos porque son todos iguales” Declaró una vez Kurt Cobain vocalista, guitarrista y uno de los fundadores de la banda Nirvana, un artista que pateó junto a sus compañeros en los inicios de la década del 90 la forma de hacer música, instalando el grunge en todo el mundo y dándole sentido a la palabra identidad. A partir de ahí nacieron muchos grupos siguiendo ese estilo musical pero solo algunos lograron tener su propia identidad otros trataron pero no pudieron dejar de ser una imitación ósea una copia del original, ser idénticos. Esta introducción ligada a la música la llevaré a mi mundo el del fútbol donde esa identidad que se veía hace muchos años y estaba íntimamente ligada a la cultura, idiosincrasia y formas de vida del país de donde era cada equipo y cada jugador ha quedado atrás. Hasta en un mismo país los equipos y jugadores tenían su sello propio según donde habían nacido y desarrollado su formación futbolística. Uno se sentaba en la tribuna y rara vez le erraba en el diagnóstico natal de un jugador según su manera de pararse en la cancha y manejar la pelota. Lo mismo pasaba con los equipos si uno se enfrentaba a un equipo Tucumano sabía con que se iba a encontrar, lo mismo con uno mendocino, cordobés o salteño etc.

También esto se vivía a nivel mundial los equipos sudamericanos tenían su impronta y los europeos la suya, luego aparecieron los asiáticos y los africanos con sus características diferentes a las potencias que dominan la historia del futbol mundial. Hoy esto es, digamos para no ser tan terminantes, un poco diferente. La globalización ha hecho mella también en estas cosas aunque no lo creamos. Volviendo al mundo de la música, el premio Nobel de literatura Bob Dylan en una nota para la revista Rolling Stone allá en los comienzos del año 2000 decía que las giras se habían vuelto aburridas desde el momento en que todos lados se conseguía la misma comida, se escuchaba la misma música ya que se había perdido el encanto de lo autóctono de cada lugar (si se les vinieron a la mente los alfajores que hace ya décadas solo se conseguían en Mar del Plata es porque Dylan tiene razón).

Brasil tuvo una época oscura cuando modifico su modelo de juego y lo europerizo, esto le valió no solo la crítica periodística sino también bajar varios escalones en el reconocimiento mundial. Luego de esta experiencia Brasil volvió a encontrarse con su identidad y de esa manera recuperó eso a lo que las selecciones brasileñas nos tienen acostumbrados. Ahora vemos un partido entre un equipo Alemán contra un italiano y la unica diferencia que vamos a ver es el color de las camisetas, porque más allá de la jerarquía individual que pueda tener uno u otro equipo, los dos imprimen modelos y sistemas de juego ya no exclusivos, todos saben de todos y de todo lo que tiene que ver con metodologías de entrenamiento, estrategias de juego etc. El ejemplo más emblemático yendo a un puesto específico es el del arquero, hace tiempo era imposible confundir a un arquero sudamericano con uno europeo sin embargo ahora atajan todos (salvo eventuales excepciones) cortados por la misma tijera técnica debido a las metodologías de entrenamiento específicas que se ajustan simplemente a lo que dice la teoría por encima de las características innatas del arquero a entrenar. Si nombramos a Fillol y Gatti en los 70 a Pumpido y Vidalle en los 80 o Navarro Montoya y Chilavert en los 90 veremos que siendo todos grandes arqueros cada uno tenía su estilo y su técnica diferente al otro. Y así podríamos hablar de cada puesto en particular.

Estamos en estos tiempos dominados por una sobre abundancia de lo idéntico. En la filosofía se dice que lo idéntico habita el espacio libre de negatividad de lo idéntico ahí donde no existe ninguna polarización entre amigo y enemigo, entre el adentro y el afuera o entre lo propio y lo extraño. Por otro lado el principio de identidad es un principio clásico de la lógica y la filosofía, según el cual toda entidad es idéntica a sí misma no a los demás

En la Argentina, país donde los potreros pululaban por todas las esquinas del país y eran el lugar fundacional de nuestra identidad futbolística han ido desapareciendo a la par del progreso edilicio, de todas maneras ni la falta de estos en los grandes centros urbanísticos, ni la influencia tecnológica que hoy seduce a los niños ha podido secar del todo los sembrados futbolísticos que van de una punta a la otra de nuestro país, por eso estoicamente resistimos con nuestra materia prima esa identidad que desde los comienzos del futbol sudamericano hemos conseguido en base a entrega, rebeldía y habilidad. Para finalizar puedo decir dando una opinión personal de esta situación que el diagnóstico y el criterio tiene que estar siempre por encima de la globalización metodológica donde la esencia del futbolista no debe ser modificada sino estimulada y de esa manera lograr que su identidad permanezca intacta lo que llevará inexorablemente a que los equipos donde jueguen no pierdan su “tradición genética”.

Tal vez Franz Kafka en su icónico relato llamado “La metamorfosis” pensó que lo peor que le podía pasar a un ser humano era convertirse en un despreciable insecto sin embargo existe algo mucho peor que eso y consiste en que la metamorfosis lleve al ser humano a terminar siendo idéntico a otro. Por eso ya sea en el fútbol como en la vida digamos que uno debe ser la aguja en el pajar y no la paja.




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