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diegofer70

La infocracia y su efecto negativo en el fútbol.




El pensamiento crítico es un proceso cognitivo de carácter racional, reflexivo y analítico, orientado al cuestionamiento sistemático de la realidad y el mundo como medio de acceso a la verdad.

Como tal, el pensamiento crítico es un proceso intelectual y reflexivo, que opera mediante el detenido examen, evaluación y análisis de un tema, asunto o materia para, luego de considerar y contrastar el resultado de sus observaciones, aplicar, bajo criterios lógicos, una serie de razonamientos y llegar a una conclusión válida, a una postura objetiva, es decir: razonable.

En este sentido, el pensamiento crítico es fundamentalmente racional, no fortuito ni casual, y dispone de la razón como principal herramienta efectiva para su propósito: identificar aquello que es éticamente justo, correcto y verdadero.

Para ello, además, requiere de otras herramientas esenciales, como lo son el conocimiento, la información, la observación y la experiencia. Todo esto, articulado de manera inteligente, es fundamental para desarrollar un buen pensamiento crítico, con claridad de pensamiento, foco en aquello que es relevante, y capacidad de realizar o formular las preguntas pertinentes.

El pensamiento crítico dota al individuo de una serie de habilidades que se expresan mediante la capacidad para reflexionar y razonar de manera eficiente, hacer juicios de valor; analizar, sintetizar y evaluar información; y tomar decisiones y resolver problemas en situaciones críticas o extremas. En este sentido, también está enfocado en la acción, en la capacidad de evaluar y decidir qué hacer en un momento determinado. No obstante, uno de los rasgos más positivos del pensamiento crítico es su carácter cuestionador de lo establecido.

En este sentido, se erige como la herramienta indispensable de la evolución del pensamiento humano, del avance tecnológico y del progreso social. La duda construye en la medida que destruye estructuras inútiles, innecesarias u obsoletas y erige sobre sus bases nuevas respuestas a las nuevas preguntas. Desarrollado ampliamente el significado del pensamiento crítico añadiré una mirada filosófica de la actualidad.

“La digitalización avanza inexorablemente. Aturdidos por el frenesí de la comunicación y la información, nos sentimos impotentes ante el tsunami de datos que despliega fuerzas destructivas y deformantes. Somos acumuladores, pero ahora de bits. Los objetos son pilares que nos brindan seguridad. Pero estos tiempos están enturbiados por la información y todos sus matices. Ya no se trata de aquello que sugiere el presentador de noticias o el titular del periódico. El lado oscuro de la información se introduce, incluso a través de las cosas, pero para convertirlas en no objetos. Por ejemplo, el Smartphone ya no es una cosa. Es el canal propio en el que cada uno de nosotros recibe su propio bombardeo de informaciones que aletean como colibríes frente a nuestros sentidos, cohibiendo la capacidad de análisis. Este caudal de información es lo opuesto a cualquier objeto que puede sostener la tranquilidad humana. Nos invade de excitación constante. Nos convierte en adictos a recibir más, cada vez más nuevo, más inmediato. Los sucesos pasan al pasado más rápido que el tiempo. Estamos obsesionados con los datos Necesitamos un patrón de la información o se nos quemara el cerebro”

Este sobresaliente análisis del filósofo contemporáneo Best Seller en la actualidad Byun Chul Han nos muestra la realidad que nos golpea segundo a segundo que es la inmediatez con la que la información nos llega y el poco análisis que hacemos de la misma debido a que inmediatamente atrás de una llega otra, otra y otra bloqueando los puntos de discernimiento que nos llevan a realizar una análisis simplista que tiene que ver con quien lo dijo y si es afecto a nuestras creencias. Llevado al mundo del fútbol de esta manera caemos en el facilismo de que porque lo dijo tal entrenador o tal jugador que se encuentra en la elite mundial entonces debe tener razón y ni siquiera nos ponemos a pensar si eso que hemos leído realmente tiene un sustento que sea incapaz de debatirse. Y así no solamente se leen cosas que sinceramente tienen un contenido nocivo sino que además esta se multiplica a la velocidad de la luz a través de todas las redes sociales. Esto obviamente no todas las veces es culpa de quien lo ha dicho sino también por el famoso “fui sacado de contexto” de quien lo publica. Hace poco un ex futbolista hoy a cargo de un lugar importante en el fútbol argentino como formador dijo: “Falta creatividad, el futbol no es ajedrez” esta frase que fue compartida, repetida y alabada por muchísimas personas tiene un montón de aristas que son nocivas si no se analiza. Está claro que el fútbol no es ajedrez, pero ojo, que el aprendizaje del ajedrez en los niños no solo estimula la memoria de trabajo u operativa (fundamental en los deportes colectivos) sino que además está incidiendo directamente con la habilidad para crear estrategias, tomar decisiones, resolver ante la imprevisibilidad del juego rival entre otras cosas como la paciencia y el temple. Esto también ayuda a la creatividad.

Desconocer algunas cuestiones como estas termina confundiendo. Si me preguntan a mí no dudaría en afirmar que todos los jugadores de fútbol deberían jugar al ajedrez aunque obviamente sean deportes diferentes. Tenemos que ayudar a los jugadores a pensar pero si el mensaje es: Fútbol no es ajedrez, queda en el inconsciente colectivo y sin analizar que uno no es compatible con el otro, cuando en realidad si lo son y mucho. Con lo que también se generan declaraciones totalmente fuera de contexto es cuando se habla de capacidades condicionales y el juego, simplificando todo con el tan repetido lema “para jugar al fútbol no hace falta correr” “Si es tan importante correr que jueguen once velocistas” y tantas otras frases vacías de sustentabilidad que mucha gente replica. En este contexto de títulos o memes se mezcla todo, juego con deporte, formación con profesionalismo, capacidades condicionales con lo técnico, lo estratégico con lo táctico etc. Y así podríamos seguir con muchos más ejemplos que vienen al caso. Lo que tiene que quedar claro es que cada cosa que leemos o escuchamos tiene que ser analizada más detenidamente ampliando el rango de complejidad de la misma teniendo claro de que las cosas no son más o menos importantes por quien las dice sino por su contenido. Y a veces aquellos que se encuentran en determinados lugares pueden decir cosas que en realidad no sean tan claras e importantes como a simple vista parecen, además cada vez que uno no encuentra puntos en común con esa personalidad está ejecutando su pensamiento crítico y eso créanme que es muy bueno.

Lo mismo pasa con los medios de comunicación que a través de incontables horas y horas de hablar de determinado equipo o jugador termina generando una información subliminal que a veces no concuerda con lo que uno, si se sienta a reflexionar, puede ver. Indudablemente esta forma vertiginosa de vivir nos hace mucho daño en la sociedad que habitamos y por consecuencia al fútbol que como me gusta decir forma parte de nuestro ADN cultural. El exitismo, el ganadorismo, lo inmediato como forma de vivir por sobre lo natural y ecológico “lo mediato” es algo ya insostenible. Y la información sin analizar influye sistemáticamente para que esto se acreciente cada vez más. ¿Cuándo va a parar? solo en el momento que el pensamiento crítico del agente receptor de la información tome cartas en el asunto pero no solo él es único responsable sino también los protagonistas desde su dialéctica y mensaje. Hay una responsabilidad inherente a la información que damos desde el lugar de privilegio que se puede tener ante una cámara, una red social o un blog, y de ese compromiso no podemos escapar por el contrario nos tiene que estimular también a pensar críticamente que vamos a decir, teniendo conciencia de la influencia que tendrá en las personas que no ejerzan el pensamiento crítico. Fíjense hasta qué punto tenemos que tener conciencia a la hora actuar. El premio nobel de literatura José Saramago esgrimía en una entrevista algo que le preocupaba mucho y era que “aunque haya personas que sepan leer y escribir si no pueden poner por escrito una idea además de no entender lo que leen, serían los que yo llamo analfabetos funcionales, aunque la estadística no los identificaría como tales”

Y esto es a lo que lleva la inmediatez y catarata de información no procesada, nos convierte en lo que proclama en sus dichos el maestro portugués. Y en esta ida y vuelta incluyendo la responsabilidad de agente informativo y agente receptor de la información es bueno citar a Lacan haciendo más responsable al que lanza, aunque sea sacado de contexto, lo que se va a leer o escuchar ya que él decía que “Uno puede saber lo que dijo pero nunca lo que el otro escuchó” poniendo en evidencia que el pensamiento crítico tiene como punto de partida su aparición en el que informa. Es por esto que Humberto Maturana, filósofo y pedagogo chileno contestaba en una entrevista cuando le preguntaban cuál era el rol de los educadores en estos momentos: “Debemos guiar la mirada reflexiva al entendimiento” y para que allá entendimiento efectivamente debe haber pausa, reflexión, elementos esenciales del pensamiento crítico.

El fútbol con todos sus condimentos sufre mucho con estas situaciones que atacan directamente, y lo digo sin ponerme colorado, los estamentos más importantes de su esencia, hoy hay un “Cambalache” de opiniones que ni Discépolo las hubiera avizorado como tan bien hizo con otras en su emblemática composición. Paremos la pelota, siempre hay tiempo para cambiar el rumbo, no nos dejemos llevar por el algoritmo informático sino por el pensamiento crítico que debemos ejercitar día a día que equivocado o no, es lo que interpretamos y analizamos sin dejar que otros piensen por nosotros.



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