Iniciare el articulo poniendo claridad a algunas definiciones que nos darán un idea sobre lo que estamos hablando. Se conoce a la praxiologia motriz como la “Ciencia de la acción motriz, especialmente de las condiciones, modos de funcionamiento y de los resultados de la puesta en obra de ésta”. El profesor de Educación Física Francés Pierre Parlebas la describe como la lógica interna del juego en función de sus relaciones comunicativas. Existe una ciencia que aporta sentido y orden a los procesos comunicativos existentes en el ejercicio físico. Dicha ciencia es la denominada praxiologia motriz.
El fútbol como juego es incertidumbre, variabilidad, relaciones y praxiologia (comunicación) y las acciones motrices obviamente son el ADN del mismo. Cuando hablamos de incertidumbre en el fútbol lo hacemos sustentándonos en que no existe en el mismo la certeza de que lo que nosotros planeamos, planificamos y entrenamos suceda.
Cuando introducimos la palabra variabilidad lo hacemos bajo la afirmación de que nunca existirán dos situaciones de juego iguales por más que a simple vista de la resolución nos resulten parecidas y en un contexto colectivo hablemos de fases del juego que se reproducen constantemente dividas en fase defensiva, fase ofensiva y fase transicional sub dividida en dos acciones transición ataque-defensa y transición defensa-ataque.
“la complejidad constituye una expresión material de la indeterminación con la que los comportamientos de los deportistas se presentan ante el observador y que dificulta, por un lado, orientar líneas de investigación en relación a parcelas concretas de los juegos deportivos colectivos (Castelo, 1994) y, por otro, el establecimiento de una cierta correlación y/o coherencia entre la denominada lógica interna del juego y la lógica didáctica de intervención en el entrenamiento (Teodorescu, 1984). Podemos asociar la incertidumbre y la variabilidad como el problema que se le presenta a los hinchas, periodistas o simples espectadores para los investigadores a la hora de comprender el comportamiento desarrollado por los participantes en los juegos deportivos colectivos reside en el descubrimiento de las complejas relaciones que ligan las intenciones subjetivas de cada deportista en los distintos episodios del juego, con las oportunidades y limitaciones que propone el contexto social en el que está inmerso.
Algunos de los comportamientos desarrollados por los participantes son explicables a partir del examen de los recursos individuales de que dispone un
deportista en cada episodio del juego. Otros son emergentes: están enraizados en los individuos y sus interacciones, pero no son explicables directamente a partir de sus atributos personales (análisis individualista). De esta forma, en las situaciones en que el comportamiento o la elección de las personas dependen de la intervención de otros sujetos, no suele ser posible Ilegar a agregados por la mera adición o extrapolación.
Para establecer este vínculo, normalmente tenemos que considerar el sistema de interacción entre los individuos y su entorno, o entre los individuos y la colectividad. La tercera acción que el juego nos presenta es la de las relaciones socio afectivas que se tienen que producir entre los componentes tanto del mismo equipo como del rival, de ahí parte también esa incertidumbre y esa variabilidad que expuse anteriormente ya que de las interacciones propias y externas (rival) se compondrá el desarrollo del juego. Volviendo a las relaciones, el juego no podría existir sin ella. La relación es el pase sin importar lugar, distancia o situación de juego, las asociaciones simples entre dos jugadores, elementales entre tres (tercer hombre) o las complejas más de tres (rombos, Diamantes) son las que determinan nuestro juego sin ninguna de ellas no existe el juego de equipo en el fútbol por lo menos desde mi forma de observarlo y sentirlo.
Pero también existen en el desarrollo del juego las relaciones externas que son las que presenta el rival para evitar nuestras relaciones o para que las podamos efectuar debido a sus movimientos. A todo esto lo llamamos acciones.
Cuando hablamos de las acciones las podemos clasificar bajo tres perspectivas:
Naturalista: Las acciones son exclusivamente movimientos corporales que causan cambios con el mundo exterior.
Subjetiva: Para saber de una acción hay que apelar a la intención del agente que la realiza para no confundir el resultado de la acción y su consecuencia.
Social: La acción depende del significado social atribuido. (Espectadores)
“No todas las acciones son posibles en todos los momentos, no se puede abrir una ventana que ya está abierta. La oportunidad para actuar para producir un estado de cosas concreto depende de dos condiciones: Que el estado de cosas esté ausente y que se vaya a mantener así de no mediar la acción del agente. Esto es válido para los 4 tipos de actos elementales, producir un estado de cosas, mantenerlo, destruirlo, impedirlo” Por otro lado “La omisión es una modalidad de la acción o lo que es lo mismo la acción es una categoría que comprende dos elementos: El acto y la omisión. Para poder hablar de una omisión se deben cumplir dos condiciones: que haya una oportunidad y que el agente tenga la habilidad necesaria para actuar y existen cuatro tipos de omisiones elementales omitir producir un estado, omitir conservarlo, omitir destruirlo, omitir impedirlo” (Wright) Todo esto expuesto lo podemos relacionar tanto en el momento del juego que tenemos la posesión como cuando no y actuamos como oponentes. “En las especialidades funcionales, la presencia dispersa de los jugadores por todo el espacio implica que las posibilidades de intervención en el juego se encuentren claramente limitadas por la proximidad o lejanía de los sujetos con respecto a la zona del terreno en la que se encuentra el móvil. La actividad de los deportistas se desarrolla selectivamente en escenarios más próximos o más alejados de la acción motriz, lo cual nos Ileva a hablar de un espacio de interacción cercano, un espacio de interacción medio y un espacio de interacción lejano en función de la disponibilidad para intervenir en el juego. Tal situación conlleva que cada deportista pueda adquirir en cada momento de un partido un rol sociomotor distinto: microsistema, mesosistema y macrosistema de la acción motriz. De esta suerte, la actividad de los jugadores provoca una verdadera transición ecológica (Bronfenbrenner, 1987) en los entornos en los que puede desarrollar su participación cada sujeto. Esto con otros nombres es lo que Paco Seiru-Lo llamó espacios de fase: Espacio de intervención, Espacio de ayuda mutua y espacio de cooperación.
Cada juego deportivo representa una microsociedad, caracterizada por su clausura en el espacio, en el tiempo, en su número de participantes y en sus modalidades de interacción. La variable independiente lógica interna ofrece al observador-investigador una paleta de casos variados sumamente atractiva (Parlebas, 1988).
Comparemos las relaciones de los jugadores en eI fútbol, el basquetbol y el hándbol ya que veremos presentan importantes diferencias en los estilos relacionales que comunican a los miembros de un equipo entre sí.
En el fútbol, las interacciones entre los participantes se producen mediante
un vínculo predeterminado y a través de un principio de relacionabilidad selectiva dependiente de las preferencias individuales que los jugadores demuestran por sus compañeros.
En el basquetbol, las interacciones entre los participantes se producen mediante un vínculo esporádico y a través de un principio de relacionabilidad absoluta en el que la posición que ocupa cada deportista dentro del equipo no es muy importante para comprender la estructura asociativa que vincula a los jugadores.
En el hándbol, las interacciones entre los participantes responden a un modelo mixto, basado para algunos deportistas en un vínculo predeterminado mediante el cual se relacionan recíprocamente con otros compañeros (el extremo izquierdo con el lateral izquierdo, el central con los laterales y el lateral derecho con el extremo derecho) y para otros esporádico (el pivote con el resto de jugadores).
EI basquetbol, el hándbol y el fútbol constituyen tres categorías de Complejidad creciente dentro de los deportes colectivos. La acción motriz en los deportes colectivos se construye a través de diferentes dimensiones o niveles de interacción: microsistema, mesosistema y macrosistema.
La acción colectiva de un equipo depende de la combinación espacial y temporal de las acciones individuales, de los cálculos y las emociones de cada actor, de sus audacias o sus reticencias, de su agresividad o de su serenidad. De la misma manera, la solidaridad orgánica de un sistema social (el equipo deportivo) no descansa exclusivamente en la dimensión cognitiva de los actores sino en la interrelación e interacción de relaciones motrices interpersonales.
Para ir concluyendo este tema tan atrapante para todos los que formamos parte de un juego deportivo colectivo digo que las relaciones socio afectivas en el juego no es ni la reunión de elementos preexistentes ni una entidad nueva, sino un sistema de relaciones cada una de las cuales engendra, en tanto que relación, una transformación de los términos que integran dicho sistema. EI todo sigue siendo resultado de la composición de sus elementos, pero, a su vez, éstos dependen del todo. No se trata de una relación de deducción, sino de determinación circular.
EI comportamiento motor en deporte, entendido como comportamiento motivado, está determinado por las características del individuos en relación con el análisis de las condiciones concretas de una situación dada. Ello permite intentos de interpretación relacionados con las causas y finalidades. Por ello, un análisis del comportamiento en el deporte se basa en un comportamiento provocado por un estímulo, en los motivos de este comportamiento y en sus objetivos.
De este conjunto complejo de condiciones se desprenden múltiples posibilidades
comportamentales, cuya manifestación por un modo concreto de acción y de reacción puede realizarse de forma consciente o inconsciente, de forma fortuita o deliberada, e implica tanto aspectos cognitivos, motores y emocionales, como sociales.
Por eso queda claro que las relaciones praxiologicas incluyen la comunicación no verbal simplemente motriz, esto genera con una sola acción una toma de decisión para mi compañero y para mi rival que deberá actuar u omitir como expliqué anteriormente. Un sprint de ruptura al espacio, un amague hacia ir y después venir (engaño) etc. forman parte de esa comunicación praxiologica tan importante para el desarrollo del juego.
Los invito a seguir investigando sobre este tema tan importante para la interpretación del juego pero por sobre todas las cosas para la planificación de metodologías que ayuden al futbolista a potenciar las relaciones socio afectivas que el juego demanda pero así también la intelectualización de la operacionalizacion sistémica del juego en el más amplio sentido de la palabra.
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